miércoles, 24 de abril de 2013

Amistad dentro de la Iglesia

28 de abril de 2013 5 Pascua (C)

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).ECLESALIA, 24/04/13.- Es la víspera de su ejecución. Jesús está celebrando la última cena con los suyos. Acaba de lavar los pies a sus discípulos. Judas ha tomado ya su trágica decisión, y después de tomar el último bocado de manos de Jesús, se ha marchado a hacer su trabajo. Jesús dice en voz alta lo que todos están sintiendo: "Hijos míos, me queda ya poco de estar con vosotros".
Les habla con ternura. Quiere que queden grabados en su corazón sus últimos gestos y palabras: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que os conocerán todos que sois mis discípulos será que os amáis unos a otros". Este es el testamento de Jesús.
Jesús habla de un "mandamiento nuevo". ¿Dónde está la novedad? La consigna de amar al prójimo está ya presente en la tradición bíblica. También filósofos diversos hablan de filantropía y de amor a todo ser humano. La novedad está en la forma de amar propia de Jesús: "amaos como yo os he amado". Así se irá difundiendo a través de sus seguidores su estilo de amar.
Lo primero que los discípulos han experimentado es que Jesús los ha amado como a amigos: "No os llamo siervos... a vosotros os he llamado amigos". En la Iglesia nos hemos de querer sencillamente como amigos y amigas. Y entre amigos se cuida la igualdad, la cercanía y el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es señor de sus amigos.
Por eso, Jesús corta de raíz las ambiciones de sus discípulos cuando los ve discutiendo por ser los primeros. La búsqueda de protagonismos interesados rompe la amistad y la comunión. Jesús les recuerda su estilo: "no he venido a ser servido sino a servir". Entre amigos nadie se ha de imponer. Todos han de estar dispuestos a servir y colaborar.
Esta amistad vivida por los seguidores de Jesús no genera una comunidad cerrada. Al contrario, el clima cordial y amable que se vive entre ellos los dispone a acoger a quienes necesitan acogida y amistad. Jesús les ha enseñado a comer con pecadores y gentes excluidas y despreciadas. Les ha reñido por apartar a los niños. En la comunidad de Jesús no estorban los pequeños sino los grandes.
Un día, el mismo Jesús que señaló a Pedro como "Roca" para construir su Iglesia, llamó a los Doce, puso a un niño en medio de ellos, lo estrechó entre sus brazos y les dijo: "El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí". En la Iglesia querida por Jesús, los más pequeños, frágiles y vulnerables han de estar en el centro de la atención y los cuidados de todos.

jueves, 18 de abril de 2013

Escuchar y seguir a Jesús


4 Pascua (C) Juan 10, 27-30

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 17/04/13.- Era invierno. Jesús andaba paseando por el pórtico de Salomón, una de las galerías al aire libre, que rodeaban la gran explanada del Templo. Este pórtico, en concreto, era un lugar muy frecuentado por la gente pues, al parecer, estaba protegido contra el viento por una muralla.
Pronto, un grupo de judíos hacen corro alrededor de Jesús. El diálogo es tenso. Los judíos lo acosan con sus preguntas. Jesús les critica porque no aceptan su mensaje ni su actuación. En concreto, les dice: "Vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas". ¿Qué significa esta metáfora?
Jesús es muy claro: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna". Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de seguirle depende de cada uno de nosotros. Sólo si le escuchamos y le seguimos, establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.
Nada hay tan decisivo para ser cristiano como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús. El gran riesgo de los cristianos ha sido siempre pretender serlo, sin seguir a Jesús. De hecho, muchos de los que se han ido alejando de nuestras comunidades son personas a las que nadie ha ayudado a tomar la decisión de vivir siguiendo sus pasos.
Sin embargo, ésa es la primera decisión de un cristiano. La decisión que lo cambia todo, porque es comenzar a vivir de manera nueva la adhesión a Cristo y la pertenencia a la Iglesia: encontrar, por fin, el camino, la verdad, el sentido y la razón de la religión cristiana.
Y lo primero para tomar esa decisión es escuchar su llamada. Nadie se pone en camino tras los pasos de Jesús siguiendo su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Comenzamos a seguirle cuando nos sentimos atraídos y llamados por Cristo. Por eso, la fe no consiste primordialmente en creer algo sobre Jesús sino en creerle a él.
Cuando falta el seguimiento a Jesús, cuidado y reafirmado una y otra vez en el propio corazón y en la comunidad creyente, nuestra fe corre el riesgo de quedar reducida a una aceptación de creencias, una práctica de obligaciones religiosas y una obediencia a la disciplina de la Iglesia.
Es fácil entonces instalarnos en la práctica religiosa, sin dejarnos cuestionar por las llamadas que Jesús nos hace desde el evangelio que escuchamos cada domingo. Jesús está dentro de esa religión, pero no nos arrastra tras sus pasos. Sin darnos cuenta, nos acostumbramos a vivir de manera rutinaria y repetitiva. Nos falta la creatividad, la renovación y la alegría de quienes viven esforzándose por seguir a Jesús.

lunes, 15 de abril de 2013

Manos Unidas, en defensa de la dignidad de los niños sometidos a esclavitud

El 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil como homenaje al niño católico indio Iqbal Masih, vendido a la edad de 4 años por su padre para saldar una deuda de 600 rupias y que supuso que pasara los siguientes seis años trabajando en régimen de esclavitud. Desde muy joven denunció esta explotación y las mafias que se beneficiaban organizaron su asesinato, convirtiéndose en un mártir de la justicia.

Manos Unidas (www.manosunidas.org) celebra este día difundiendo tres de sus proyectos contra la esclavitud infantil, que aportan acogida, acompañamiento y formación a los niños, y les dan la dignidad natural que les ha sido robada. 

AMÉRICA: el padre Miguel y los niños “restaveks” de Haití
El país más pobre de América, que quedó devastado tras el terremoto sufrido el 12 de enero de 2010, posee además el problema de los “restaveks" (del francés rest avec) o niños y niñas esclavos domésticos. 

Se trata de una explotación generada por la falta de recursos de sus familias que viven en entornos rurales muy pobres, remotos y sin oportunidades y que son confiados a otras familias, también pobres pero de entornos urbanos, con la esperanza de que, a cambio de los trabajos del niño en las tareas del hogar, puedan acceder a más oportunidades, que por desgracia nunca llegan.

 

Estos niños, más de 300.000, no tienen infancia ni derechos, con frecuencia son maltratados y humillados, pierden la relación con sus familias y trabajan sin descanso. No tienen derecho a educación, asistencia sanitaria, salario y muchas veces incluso ni la ración elemental de alimento. Son vulnerables a cualquier abuso que se cometa sobre ellos y no tienen a nadie que les defienda.

Manos Unidas cofinancia con casi 120.000 euros un centro de acogida, formación primaria y profesional de ”restaveks” junto a su socio Foyers Maurice Sixto (foyermauricesixto.org), con más de 20 años de experiencia en la defensa de los Derechos de la Infancia haitianaí. 

El Hogar Maurice Sixto (Puerto Príncipe), al que asisten regularmente186 niñas y 64 niños entre 8 y 17 años y que fue abierto hace 21 años por el sacerdote haitiano Jean Baptista Miguel, se puede ver en este VIDEO (desde minuto 17:50) 2011-Haití-Los niños de la esperanza (realizado con TVE; en Youtube tiene sonido defectuoso, pero Manos Unidas tiene copias de buena calidad en DVD). 

 


ÁFRICA. Togo, “portefaix”, las niñas adultas del mercado 
En Togo, Manos Unidas ha financiado con 43.575 €, un proyecto que ha beneficiado a 500 "portefaix": niñas y chicas que trabajan durante toda la jornada como vendedoras en el mercado de Hanoukope (barrio del norte de Lomé, la capital del país). 

Estas pequeñas no tienen oportunidad de jugar, aprender, ser escuchadas, formadas, ni de desarrollar sus capacidades personales, si no es para la venta o para los trabajos que también realizan de servicio doméstico. 

Muchas de estas menores vienen del interior del país y siguen su ruta hacia Gabón para continuar siendo allí explotadas; las niñas son con demasiada frecuencia, víctimas de abusos sexuales.

El socio local de Manos Unidas son las Hermanas Carmelitas Vedrunas que llevan desde el año 2000 trabajando contra el tráfico infantil en Gabón y al detectar esta situación en Togo, instalaron una casa en Hanoukopé en medio del mercado, construyendo además un centro de acogida y un centro de día en donde poder ofrecer a todas estas niñas y jóvenes, así como a toda la población del barrio, laformación y el apoyonecesario para poder ser reincorporadas a una sociedad de la que se encuentran marginadas. 

ASIA. Camboya: que el comercio sólo sea de mercancías
En Camboya, uno de los países más pobres del mundo, donde el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, muchos padres del entorno rural venden a sus hijos para pagar sus deudas y los pequeños acaban siendo vendidos para ser explotados sexual o laboralmente. 

En las ciudades de Neak Loeung (al Sureste de Phnom Penh) y en la ciudad de Poipet(Noroeste, en la frontera con Tailandia) la actividad comercial es enorme, pero también los flujos migratorios que, al provenir de las zonas más pobres, las han convertido en nichos de pobreza, malnutrición y abusos de poder, que afectan de manera más severa a los niños.

Los pequeños viven y trabajan en la calle (59% de entre 5-17 años) y muchos han dejado de ir a la escuela (sólo el 43% asiste a clases). Pero además, los niños y en especial las niñas, son víctimas de tráfico y explotación sexual, una de las lacras del país y un degradante reclamo turístico.

Por todo ello, Manos Unidas ha financiado a su socio local Damnok Toek con 40.877 euros para poder ofrecer educación y formación profesional a 150 jóvenes de los más de 900 que esta organización atiende desde hace más de 10 años en estas dos ciudades. Gracias a este proyecto se les imparte clases de alfabetización, sesiones informativas sobre tráfico de drogas, derechos de la infancia, salud, VIH/Sida y además se visita regularmente a las familias para involucrarles en el proceso y asegurar que no haya abandono escolar.

miércoles, 10 de abril de 2013

Al amanecer


3 Pascua (C) Juan 21, 1-19

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA10/04/13.- En el epílogo del evangelio de Juan se recoge un relato del encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos a orillas del lago Galilea. Cuando se redacta, los cristianos están viviendo momentos difíciles de prueba y persecución: algunos reniegan de su fe. El narrador quiere reavivar la fe de sus lectores.
Se acerca la noche y los discípulos salen a pescar. No están los Doce. El grupo se ha roto al ser crucificado su Maestro. Están de nuevo con las barcas y las redes que habían dejado para seguir a Jesús. Todo ha terminado. De nuevo están solos.
La pesca resulta un fracaso completo. El narrador lo subraya con fuerza: "Salieron, se embarcaron y aquella noche no cogieron nada". Vuelven con las redes vacías. ¿No es ésta la experiencia de no pocas comunidades cristianas que ven cómo se debilitan sus fuerzas y su capacidad evangelizadora?.
Con frecuencia, nuestros esfuerzos en medio de una sociedad indiferente apenas obtienen resultados. También nosotros constatamos que nuestras redes están vacías. Es fácil la tentación del desaliento y la desesperanza. ¿Cómo sostener y reavivar nuestra fe?.
En este contexto de fracaso, el relato dice que "estaba amaneciendo cuando Jesús se presentó en la orilla". Sin embargo, los discípulos no lo reconocen desde la barca. Tal vez es la distancia, tal vez la bruma del amanecer, y, sobre todo, su corazón entristecido lo que les impide verlo. Jesús está hablando con ellos, pero "no sabían que era Jesús".
¿No es éste uno de los efectos más perniciosos de la crisis religiosa que estamos sufriendo? Preocupados por sobrevivir, constatando cada vez más nuestra debilidad, no nos resulta fácil reconocer entre nosotros la presencia de Jesús resucitado, que nos habla desde el Evangelio y nos alimenta en la celebración de la cena eucarística.
Es el discípulo más querido por Jesús el primero que lo reconoce:"¡Es el Señor!". No están solos. Todo puede empezar de nuevo. Todo puede ser diferente. Con humildad pero con fe, Pedro reconocerá su pecado y confesará su amor sincero a Jesús:"Señor, tú sabes que te quiero". Los demás discípulos no pueden sentir otra cosa.
En nuestros grupos y comunidades cristianas necesitamos testigos de Jesús. Creyentes que, con su vida y su palabra nos ayuden a descubrir en estos momentos la presencia viva de Jesús en medio de nuestra experiencia de fracaso y fragilidad. Los cristianos saldremos de esta crisis acrecentando nuestra confianza en Jesús. Hoy no somos capaces de sospechar su fuerza para sacarnos del desaliento y la desesperanza.

miércoles, 3 de abril de 2013

De la duda a la fe


2 Pascua (C) Juan 20, 19-31

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA03/04/13.- El hombre moderno ha aprendido a dudar. Es propio del espíritu de nuestros tiempos cuestionarlo todo para progresar en conocimiento científico. En este clima la fe queda con frecuencia desacreditada. El ser humano va caminando por la vida lleno de incertidumbres y dudas.
Por eso, todos sintonizamos sin dificultad con la reacción de Tomás, cuando los otros discípulos le comunican que, estando él ausente, han tenido una experiencia sorprendente: "Hemos visto al Señor". Tomás podría ser un hombre de nuestros días. Su respuesta es clara: "Si no lo veo...no lo creo".
Su actitud es comprensible. Tomás no dice que sus compañeros están mintiendo o que están engañados. Sólo afirma que su testimonio no le basta para adherirse a su fe. Él necesita vivir su propia experiencia. Y Jesús no se lo reprochará en ningún momento.
Tomás ha podido expresar sus dudas dentro de grupo de discípulos. Al parecer, no se han escandalizado. No lo han echado fuera del grupo. Tampoco ellos han creído a las mujeres cuando les han anunciado que han visto a Jesús resucitado. El episodio de Tomás deja entrever el largo camino que tuvieron que recorrer en el pequeño grupo de discípulos hasta llegar a la fe en Cristo resucitado.
Las comunidades cristianas deberían ser en nuestros días un espacio de diálogo donde pudiéramos compartir honestamente las dudas, los interrogantes y búsquedas de los creyentes de hoy. No todos vivimos en nuestro interior la misma experiencia. Para crecer en la fe necesitamos el estímulo y el diálogo con otros que comparten nuestra misma inquietud.
Pero nada puede reemplazar a la experiencia de un contacto personal con Cristo en lo hondo de la propia conciencia. Según el relato evangélico, a los ocho días se presenta de nuevo Jesús. No critica a Tomás sus dudas. Su resistencia a creer revela su honestidad. Jesús le muestra sus heridas.
No son "pruebas" de la resurrección, sino "signos" de su amor y entrega hasta la muerte. Por eso, le invita a profundizar en sus dudas con confianza: "No seas incrédulo, sino creyente". Tomás renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Sólo sabe que Jesús lo ama y le invita a confiar: "Señor mío y Dios mío".
Un día los cristianos descubriremos que muchas de nuestras dudas, vividas de manera sana, sin perder el contacto con Jesús y la comunidad, nos pueden rescatar de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, para estimularnos a crecer en amor y en confianza en Jesús, ese Misterio de Dios encarnado que constituye el núcleo de nuestra fe.